EL ORIGEN COMUNAL
En uno de esos pequeños territorios
de Argentina, un día se dispersó el ganado,
se cultivó la tierra y se la hizo producir, se radicaron
familias pastoras, se agruparon en núcleos comunitarios,
los que determinaron la fundación de pueblos y dieron
origen a un gran municipio.
Así nació el partido
bonaerense de General Sarmiento, a la vera de un riacho
que se designó en la época colonial con el
nombre de "Conxa", luego "De las Conchas"
y hoy "De la Reconquista". En un tiempo ese río
estuvo vinculado a muchos aconteceres trascendentes de la
patria.
Comencemos por delimitar el área
del partido de General Sarmiento y ubiquémoslo entre
el grupo de comunas del conurbano bonaerense. Hacia el noroeste
de la ciudad de Buenos Aires, a 32 kilómetros de
distancia, se extiende este municipio que surgió
corno existencia jurídica, el 18 de octubre de 1889.
Tiene una superficie total de 0.631
hectáreas y se halla limitado por el noroeste, con
los partidos de Pilar y Escobar separados por el arroyo
y cañada de Pinazo. Al suroeste con el municipio
de Moreno; al noreste con el de Tigre y al sureste con los
partidos de Tres de Febrero, General San Martín y
Morón, del que los separa el río de La Reconquista.
Ubicados dentro del medio geográfico
conformado su suelo de hermosas y atrayentes lomadas y una
vegetación arbórea exuberante, empecemos a
vivir las horas preliminares de su existencia para ver,
paso a paso, cómo se fue poblando, hasta llegar a
nuestros días en su desarrollo total.
Para hablar de este distrito que se
distingue por el proceso edilicio, por la belleza de sus
panoramas naturales y el ritmo acelerado de una vida moderna,
debemos principiar por ubicarlo dentro del tiempo, en cuando
al origen.
Los documentos de los primeros cronistas
de viajes de nuestra historia colonial, se refieren, desde
las épocas contemporáneas al fundador Juan
de Garay, a un riacho que tiene su desembocadura junto con
el Luján, en cl caudaloso Río de la Plata
y se extiendo hacia el suroeste por una vasta zona baja
y pantanosa.
Dijimos que la existencia de este río
se halló vinculadas a relevantes episodios de nuestra
historia patria. Figura en planos trazados en el siglo XVII
por el Padre Antonio Machoni y en otro de Domingo Petrarca
de 1719. En 1749 se le menciona como río "'Conxa"
y con el nombre de "Conja" en otro copiado y reducido
por el Teniente Coronel José Custodio de Sá
y Faria, de 1753.
El río caracterizó a
la zona que fue reconocida como 'Pago de las Conchas"
y uno de nuestros primeros cronistas coloniales, se refirió
al origen de su nombre. En efecto, el libro IV del "Diario
de Aguirre" expresa que "El río De las
Conchas toma su nombre de una gran multitud de conchas que
realmente se crían a sus orillas" y más
adelante agrega "que el terreno de sus orillas es bajo
y expuesto a las inundaciones del río y sólo
en buenos días se puede andar".
LA HISTORIA DE LA PROPIEDAD TERRRRITORIAL
Recordemos que Juan de Garay tras fundar
a Buenos Aires, repartió entre los expedicionarios,
solares en la ciudad, chacras en sus alrededores y suertes
de estancias con cabeceras en las márgenes de los
ríos. Igual procedimiento adoptaron las autoridades
que lo sucedieron en el gobierno inmediato. Generalmente
eran dones que se brindaban en reconocimiento por la colaboración
prestada en la conquista de América o servicios prestados
a la corona.
En 1832 se concedieron a otros tantos súbditos españoles,
cinco suertes de estancia sobre el río De las Conchas,
seguidas hacia el suroeste de las que se otorgaron en dicho
lugar al General don Angel Pacheco. Cada una de ellas conservaba,
aproximadamente, las medidas clásicas de tres mil
varas de frente con cabecera sobre la margen noroeste del
río, por legua y media de fondo, en dirección
al noroeste (actual partido de Pilar).
Las dos suertes que siguieron a la
estancia de los Pacheco, abarcaron el territorio ocupado
actualmente por el Campo de Mayo. La que le sigue en orden,
hacia el suroeste, es el área dentro de la cual se
van a fundar los pueblos de "San Miguel" y "Bella
Vista". Las otras dos estancias ocuparon el territorio
que prosigue hasta llegar al actual partido de Moreno.
De estas cinco estancias originarias,
la que nos interesa es la del medio. En ella se producirá
la subdivisión y población del área,
que culminará en el año 1889, con la creación
del partido de General Sarmiento.
LAS TIERRAS DE ESCOBAR Y DE PINAZO
Pero aún hay una zona territorial,
fuera de las ya mencionadas, cuyo origen y evolución
necesitamos conocer, porque parte de la misma va a integrar
con los años, también el ámbito de
nuestra comuna. Se trata de una enorme fracción de
territorio que se extendía entre la cañada
de Escobar y el fondo de las estancias del río De
las Conchas que acabamos de mencionar.
Fue la suerte de estancia que el fundador
Juan de Garay otorgó en gracia a su compañero
de expedición, don Alonso de Escobar, el 7 de febrero
de 1582, que llegaba hasta la isla de Escobar.
Esta estancia de Escobar en 1601 pasó
a poder de Francisco Muñoz a raíz de un nuevo
reparto. A su fallecimiento, fue heredada por Miguel de
Riglos y en 1720 adquirida en remate por Fermín de
Pesoa y por el coronel Nicolás de la Quintana, en
fracciones separadas.
El 10 de noviembre de 1746, de la Quintana
vendió parte de sus tierras a Antonio de la Cruz
y el 5 de julio de 1756, adquirió el resto de la
estancia de Pesoa, un célebre personaje que cobró
enorme trascendencia en la campaña, durante la colonia,
al punto que se reconoció por su nombre la zona donde
se afincara. Se trataba del ilustre Mariscal de Campo Manuel
de Pinazo y Funes, funcionario encumbrado de los cabildos,
perito en el conocimiento de la campaña bonaerense
y eficaz asesor de las más altas autoridades en la
defensa del territorio contra los avances del infiel.
Estas tierras que durante muchos años
fueron propiedad y centro de actividad de Manuel de Pinazo
son, en gran parte, las que abarcan el área de la
actual localidad de José C. Paz y los pueblos de
Del Viso, Tortuguitas, Grand Bourg e Ingeniero Pablo Nogués.
LA ESTANCIA CENTAL DEL RIO DE LAS CONCHAS
Volvemos ahora a la estancia central
de las cinco que tenían su cabecera sobre el río
De las Conchas. Vamos a ver quiénes fueron sus propietarios
en el correr de los años y cómo se fue subdividiendo.
Eso nos proporcionará el origen de las localidades
de "San Miguel" y "Bella Vista", motivo
de la creación del partido de General Sarmiento.
Pero antes de entrar en estos detalles,
tratemos de formar en nuestra mente una visión del
panorama que ofrecían estos campos, al iniciarse
la colonización de los mismos. Eran tierras llanas
con sitios de lomas y hondonadas, cubiertas de pastizales
y numerosos bosquecillos pequeños y frondosos, que
daban atracción al panorama.
Esta estancia perteneció en
sus comienzos a don Pedro Moran, Integrante de la expedición
de Garay. Luego fue heredada por Martín Sampayo.
En 1722 Sampayo vendió 200 varas de frente con su
correspondiente fondo, a Domingo Lescano. Un año
más tarde, Lescano vendió estas tierras al
alferes Domingo Morales.
Morales se radicó cerca del
río De Las Conchas y su acción cobró
tal renombre, que sirvió para designar el único
paraje donde se podía vadear el río. Desde
entonces se conoció el lugar como "Paso de Morales".
A su muerte, esta fracción de la estancia fue heredada
por Bartola Morales. Tiempo después pasó a
poder de Luis Maldonado, descendiente de los Morales y por
fallecimiento de éste a su hijo Cayetano Maldonado,
quien, en el año 1830, la vendió a Isidro
Cufré.
La estancia primitiva de 3.000 varas de frente, sufrió
también desmembramiento en otra zona. Al fallecimiento
de Martín Sampayo, las 1.500 varas de frente con
su correspondiente fondo que seguían a las 300 varas
ya mencionadas, fueron heredadas por Ursula Pérez
Moran. A la muerte de ésta, sus herederos, representados
por León Antonio Lízola, vendieron en 1805
esta fracción de campo a Francisco Maderna, que era
casado con Josefa de Escobar en primeras nupcias. Dos años
más tarde falleció Maderna y tiempo después
su esposa, heredera de las tierras, se casó con Juan
Guillén.
El 27 de noviembre de 1807, Juan Guillén
y su esposa Josefa de Escobar vendieron estas tierras a
Isidro Cufré que las unió a las otras 300
varas que había adquirido con anterioridad.
Tres años mas tarde, en 1810,
Cufré también obtuvo por compra el resto de
la estancia primitiva, que desde entonces volvió
a tomar las dimensiones clásicas de 3.000 varas de
frente por legua y media de fondo. Es de advertir que esta
última fracción de la estancia de 1.200 varas
había sido objeto anteriormente de un largo litigio.
Entre 1832 y 1833, Luis Goya compró
la totalidad de estos campos y los conservó hasta
el 9 de marzo de 1837, fecha en que fueron adquiridos por
Fortunato Poucel, un súbdito francés radicado
en el país y su hijos, con residencia en París.
LAS PRIMERAS POBLACIONES
Es Interesante señalar que hasta
esta fecha, la totalidad de estos campos estuvieron poblados
por algunas familias que se dedicaban a la crianza y cuidado
del ganado, el que abundaba por toda el área. Según
un plan trazado por el agrimensor Manuel Eguía en
1834, existía como población principal, un
gran caserón que servía de residencia a Luis
Goya, en cuyo costado se levantaba un tupido bosque. Existía
además otra casa que habitaba Vicente Pérez,
algunas taperas y varias postas, ya que atravesaba la estancia
en forma longitudinal, el camino de las postas al Pilar,
que se prolongaba al norte del país.
Esta ruta sirvió de comunicación
y recorrida permanente hacia numerosos pueblos situados
al noroeste, tras vadear el río De las Conchas por
el paso de Morales, desde 1819.
El ganado mostrenco que pululaba en
el lugar desde la primera fundación de Buenos Aires
por don Pedro de Mendoza, se vio considerablemente aumentado,
cuando por un Acuerdo del Cabildo de Buenos Aires celebrado
el 3 de septiembre de 1756, se mandaron echar a este lado
del río De las Conchas, todos los animales que se
hallaban dispersos en los alrededores de la ciudad, a fin
de dedicar esas tierras a la siembra de cereales y verduras.
LA COLONIZACION DE LAS TIERRAS -
EL FUNDADOR ADOLFO SOURDEAUX
Con la adquisición de la estancia
por Fortunato Poucel, se Inicia su colonización,
merced a la iniciativa e Influencia de un extranjero excepcional.
El ingeniero agrimensor (también geólogo)
Adolfo Sourdeaux, que ofrendó su acción y
su vida en aras del progreso y civilización de grandes
zonas del territorio patrio, con un ahínco y desinterés
admirable.
La figura descollante de Sourdeaux
cobra relieve en el año 1845 cuando arriba a las
playas del Río de la Plata en cumplimiento de una
misión oficial encomendada por el gobierno francés.
De profesión marino, ostentaba el grado de Capitán
de Infantería y era ayudante de campo del Inspector
de Infantería de la Marina Francesa. Era entonces
un joven de 26 años. Además se había
graduado en la Universidad de Paris, de ingeniero agrimensor
y geólogo.
Por razones políticas Sourdeaux
resolvió hacer renuncia de su grado militar y no
regresar a su patria, estableciendo su residencia definitiva
en la Argentina. Entonces ofreció sus servicios de
agrimensor y geólogo al Gobierno. De esta manera
realizó el trazado de las que son hoy importantes
ciudades: San Isidro, Las Flores, Luján, Morón,
Azul, Moreno y varias otras. Confeccionó un Importante
plano de la ciudad de Buenos Aires, que causó la
admiración por la perfección y minuciosidad
de sus detalles.
También proyectó e hizo
construir bajo su dirección y costeó de su
peculio particular, en la plaza de Lorea, en Buenos Aires
y en Barracas al Sur (hoy Avellaneda), los primeros pozos
artesianos, para dotar de agua potable a la ciudad, y trazó
y construyó un enorme parque en el establecimiento
"San Juan" de su amigo Leonardo Pereyra, que aun
hoy es admirado por su belleza. Se encuentra en las cercanías
de la ciudad de La Plata, al cuidado del Gobierno de la
provincia de Buenos Aires. Sourdeaux sostenía que
había que rodear a Buenos Aires de grandes bosques
y parques, por razones ambientales.
Pero la obra de mayor relevancia, como
agrimensor y notable esteta, la desarrolló en esta
zona, fundando y dando impulso a los dos pueblos que dieron
origen al partido de General Sarmiento: San Miguel y Bella
Vista.
En 1850, invitado por su amigo y connacional
Fortunato Poucel, establece la residencia definitiva en
la estancia que éste posee junto al río De
las Conchas. Entonces germina en Sourdeaux un plan para
colonizar esas tierras, que el propietario recibe con entusiasmo.
El agrimensor se enamora de las bellezas
que ofrecen los panoramas delcampo de su amigo Poucel y
le propone la genial idea de subdividir todo el área,
transformándola en zona agrícola y conformando
dentro de ella dos centros urbanos: uno serviría
de pueblo y cabecera y el otro sería lugar de residencia
veraniega de las familias de la colectividad francesa que
habitaban en la ciudad de Buenos Aires.
LAS TIERAS "DE PAN LLEVAR"
Poucel apoya calurosamente el proyecto
de Sourdeaux y tras interesar a los propietarios de las
estancias linderas, el 31 de mayo de 1855 presentan al Gobierno
de la provincia de Buenos Aires, un petitorio redactado
de puño y letra de Sourdeaux, solicitando se declaren
estas tierra "de pan llevar", es decir, se reglamente
la tenencia y recogida del ganado que en gran número
se halla disperso en todo el territorio, a fin de dedicar
esas tierras a la labranza. Si se accede a lo peticionado,
promete que cien colonos extranjeros se radicarán
en el lugar para sembrar en los campos cereales y verduras.
El 2 de Julio de 1855, el Gobierno
provincial resolvió favorablemente el pedido y emitió
un decreto ordenando que estas tierras en el futuro se dedicaran
a la agricultura. Complementando dicha medida, el 19 de
enero de 1856 dictó el "Reglamento de las chacras
de los terrenos de don Fortunato Poucel y demás vecinos
del partido del Pilar", por medio dcl cual se ordenó
la tenencia y cuidado del ganado dentro de los límites
de dichos campos. Debe advertirse que en esta fecha aún
no se había difundido el uso de los cercos.
LOS FRACCIONAMIENTOS Y LAS PRIMERAS VENTAS: ORIGEN DE
SAN MIGUEL Y BELLA VISTA
Sordeaux consecuente con sus propósitos
de poblar estas tierras, procedió a subdividirías
y en 1857 se iniciaron las ventas de grandes fracciones,
generalmente a personas de origen francés. La primera
venta de cuatro manzanas, se efectuó el 17 de julio
de 1857 a doña Desideria Goulú de Vigner.
El primer nativo que adquirió
tierras en el lugar, fue Salvador Posse, soldado del ejército
de Juan Manuel de Rosas, quien se radicó en estos
sitios poco después de la batalla de Caseros.
Ya resuelto a fundar los pueblos, el 18 de mayo de 1864,
Sordeaux trazó el primer plano de la villa que bautizó
con el nombre de "San José del Pilar".
Poco después el fundador trocó esta denominación
que la había dado al pueblo por la de "San Miguel",
al dejar de depender esta zona del partido de Pilar y entrar
a constituir el Cuartel Segundo del nuevo partido de Moreno,
creado el 24 de febrero de 1865. Determinó en este
plano el éjido del futuro pueblo y ubicó el
lugar de emplazamiento de su plaza central.
Simultáneamente, en la zona
que residía, trazó el pueblo de las quintas
de veraneo, que denominó "Bella Vista"
aludiendo a la belleza del lugar. En los alrededores se
extenderían las chacras, las sementeras, los campos
de pastoreo y más adelante, los tambos.
Muy pronto la estancia primitiva se
fue poblando de familias de agricultores que fueron transformando
el lugar, alentadas por la acción tesonera del ingeniero
Sourdeaux, que perseguía el propósito de acelerar
la existencia de los dos pueblos.
Con tal motivo organizaba excursiones,
recorridas en vehículos y reuniones campestres en
su quinta "El Retiro" de Bella Vista, a las que
asistía lo más granado de la colectividad
francesa.
Poco a poco destacadas familias de esa nacionalidad, adquirieron
tierras en Bella Vista y levantaron graciosos chalés,
que rodearon de parques y tupidas arboledas.
Pero Sordeaux estaba convencido que
sólo se podría lograr el progreso del lugar
facilitando sus comunicaciones con la ciudad de Buenos Aíres.
La única forma de hacerlo era construir un camino
al pueblo de Morón, a donde llegaba el primer ferrocarril
con que contó el país.
A tal efecto, en 1867 reunió
a los vecinos que habitaban a ambas márgenes del
río y los comprometió en una gran empresa
que él iba a dirigir. Así se constituyó
la "Sociedad de Fomento Pro Paso Morales" que
gestionó del Gobierno la autorización para
construir un puente sobre el río De las Conchas en
el Paso de Morales y un camino consolidado con la tosca
del río.
El 7 de noviembre de 1867, el Gobernador
Adolfo Alsina y el Ministro Nicolás Avellaneda dictaron
un decreto autorizando la realización de las obras.
De inmediato un grupo de vecinos bajo
la dirección técnica de Sourdeaux, construyó
el puente y el camino, inaugurándose ambas obras
el 15 de febrero de 1869, con grandes festejos populares.
El costo se abonó con un derecho de peaje que se
cobró por intermedio del pulpero Francisco Planes.
EL TRAZADO DE LOS PUEBLOS
Dispuestos a acelerar la subdivisión
y venta de la totalidad de las tierras, el 2 de enero de
1872 se constituyó la "Sociedad de Fomento San
José del Pilar" y el 30 de septiembre del mismo
año, la "Sociedad de Fomento San Miguel del
Porvenir". Ambas sociedades fueron administradas por
Sourdeaux e integradas en su mayoría, por las mismas
personas (generalmente muy adineradas). La primera adquirió
la mitad longitudinal de la estancia, de la parte que ya
no había sido vendida. La segunda adquirió
la otra mitad. De inmediato subdividieron en pequeñas
parcelas y en chacras, y se ofrecieron en venta.
Adolfo Sourdeaux al realizar el trazado
catastral de ambas localidades, demarcó para "San
Miguel" manzanas de menor tamaño. Estimó
que sería el pueblo cabecera mas urbanizado. Para
"Bella Vista" estructuró manzanas de mayor
amplitud. Consideró que seria un pueblo de veraneo,
integrado totalmente por grandes quintas de descanso.
El primer remate de las tierras loteadas
que rodeaban la plaza de San Miguel, se llevó a cabo
el domingo 21 de septiembre de 1873, a las 12 horas, a cargo
del martillero Carlos Ristorini, con escritorios en la Capital
Federal y en Morón. Abarcó los lotes de 44
manzanas cuyo radio estaría hoy determinado por las
calles Italia hasta Aguero y de Maestro A. D'Eiía
a Zuviría. Cada manzana contenía 12 y 16 parcelas.
La operación tuvo lugar en los terrenos donde se
levanta hoy el edificio de la escuela N° 1 "D.
F. Sarmiento". El segundo remate de las tierras de
San Miguel, también a cargo del martillero Ristoriní,
tuvo lugar el domingo 10 de diciembre de 1876 y se vendieron
en el mismo, 34 chacras que abarcaban en total un área
que estaría actualmente delimitada por las calles
España hasta Pueyrredón y de Serrano a Gaspar
Campos.
Los primeros remates de las quintas
de Bella Vista se efectuaron los días 21 y 24 de
febrero de 1875 y el segundo el domingo 4 de abril del mismo
año. Igualmente que los anteriores, estuvo a cargo
de Carlos Ristoriní y consistió en la venta
de quintas y pequeñas chacras.
En esta forma la estancia primitiva
se fue poblando aceleradamente.
LOS PROYECTOS DE SOURDEAUX
Pero los sueños del fundador
fueron mucho más lejos. Vinculado por amistad a la
mayoría de los hombres que iban a construir los ferrocarriles
en el país, proyectó el paso del "Gran
Ferrocarril al Rosario" -hoy llamado "Nacional
Bartolomé Mitre"- por el centro de los pueblos
que había fundado. Paralelo a éste, pero a
ocho cuadras de distancia en dirección al suroeste,
en la que es hoy calle Gaspar Campos, trazó el paso
de otro ferrocarril, el "Gran Trasandino", luego
llamado "Buenos Aires al Pacífico" y hoy
"General San Martín". Inició las
gestiones para ambos proyectos ante el Gobierno Nacional.
En el Archivo del Museo de los Ferrocarriles se encuentran
depositados los expedientes y los planos originales.
No conforme con esto, inició
los trámites para formar una empresa que él
iba a administrar y cuyos estatutos fueron aprobados oficialmente.
Se denominaba "Sociedad Anónima Tranway Rural
del Nord-Oeste". Su objeto era Instalar un tranvía
que iba a unir el pueblo de Morón con los de Bella
Vista y San Miguel. Lamentablemente casi todos estos proyectos
de comunicación ferroviaria, no pudieron ser convertidos
en realidad.
El genio de Sourdeaux no cesó
en sus maravillosos propósitos e ideó a la
vera del río De las Conchas, un hermoso parque con
grandes arboledas y jardines y una avenida muy ancha que
partiendo de la orilla del río, se extendía
por la actual avenida Francia y llegaba a San Miguel hasta
donde se encuentra hoy el hospital municipal. La denominó
Avenida del Rosario y con los años desapareció
por haber sido entregada a las empresas que construyeron
los actuales ferrocarriles, para el tendido de sus líneas.
Sourdeaux igualmente trazó anchas
avenidas en San Miguel y Bella Vista, que servirían
de acceso a las proyectadas estaciones ferroviarias. Difundió
con fervor entre el vecindario el culto al árbol
y fomentó la realización de grandes plantaciones
en las viviendas, en las calles y lugares públicos.
LAS PRIMERAS ESCUELAS
La obra de Sourdeaux no tuvo pausa
y abarcó los aspectos mas diversos. En 1868 inició
gestiones ante las autoridades provinciales y municipales
de Moreno, para dotar a San Miguel de una escuela primaria
de varones y otra de niñas. Su proyecto tuvo éxito
y dos años más tarde se crearon ambos establecimientos
educativos, con fecha 13 de mayo de 1870, ]os que actualmente
llevan los números 1 y 2, respectivamente, de este
distrito de General Sarmiento. Se fundaron como escuelas
N° 4 y 7 de Moreno y ocuparon un mismo edificio ubicado
en la esquina frente a la plaza, que forman las actuales
calles Belgrano y Sarmiento.
También inició gestiones
para que se instalara otra escuela en Bella Vista. No tuvo
la suerte de ver convertido en realidad ese propósito,
ya que dicha casa de enseñanza primaria inició
sus actividades el 5 de octubre de 1884, un año después
de su muerte. Se creó como escuela N° 5 de Moreno
(hoy N° 3 de General Sarmiento) y ocupó como
primer edificio una casa de Jaime Escapa ubicada en la esquina
de las calles O'Higgins y Boine de Bella Vista (Quinta La
Vencedora).
FALLECIMIENTO DEL FUNDADOR
Pero como nada material es eterno,
la acción tesonera, incansable y benemérita
del Ingeniero Adolfo Sourdeaux, tocaba a su fin. Su vida
había sido sumamente modesta y sus recursos económicos
fueron generosamente ofrendados a las obras de bien comunitario,
a las cuales se había prodigado por entero.
Los vecinos, presididos por don Leonardo
Pereyra, reconocieron su labor y su sacrificio y lo miraron
con respeto. Como testimonio de imperecedera gratitud, por
haber fundado los pueblos y haber ofrecido a su obra tan
considerable esfuerzo, en el año 1876 le obsequiaron
en un acto publico de gran relevancia, una artística
fuente de hierro con caída de agua, que el fundador
conservó en su residencia de Bella Vista. Hoy se
halla emplazada en uno de los canteros de la avenida Francia
esquina Sourdeaux, donde una placa atestigua el valor histórico
de la misma.
Pronto una penosa enfermedad minó
su cuerpo y fue internado pobremente en una casa hospital
de Morón. No pudo superar sus males físicos
y falleció santamente el día 8 de julio de
1883. Sus amigos tuvieron que costear los gastos del entierro
y sus restos fueron sepultados en el cementerio del pueblo
de Morón. Tenía entonces 64 años de
edad y 38 años de residencia en la República
Argentina.
Pero la gratitud de los hombres no
olvidó todo el bien que había ofrendado a
los dos pueblos que dieron origen al nuevo municipio y creado
ya el partido de General Sarmiento, uno de sus más
ilustres Intendentes Municipales, el ingeniero don Ventura
G Coli, dispuso que los restos del fundador y benefactor,
fueran traídos al Municipio por una comisión
de honor que presidió el señor Juan Luis Hilario
Artigue, previa ordenanza dictada por el H. Concejo Deliberante.
La misión fue cumplida solemnemente y el ataúd
fue depositado frente al altar mayor de la Iglesia Parroquial
de San Miguel, donde fueron velados durante tres días,
recibiendo el homenaje público a que se había
hecho acreedor.
En una ceremonia de gran relevancia
realizada el día 23 de mayo de 1897, recibieron descanso
definitivo en el atrio del Cementerio de San Miguel, que
se designó "Sepultura N°1. Una lápida
de mármol blanco atestigua la permanencia de los
sagrados despojos.
LA ZONA RURAL
La obra iniciada por Sourdeaux, no
tuvo pausa y la población se fue multiplicando día
a día. Los campos que rodeaban ambos pueblos se transformaron
en fértiles sementeras de cereales, en zonas de pastoreo,
estancias, chacras y quintas de verduras. Entonces empezaron
a aparecer en todo el área gran número de
tambos que se fueron multiplicando en el transcurso del
tiempo en todo el territorio del actual municipio. En los
centros poblados se multiplicaron las viviendas, las quintas
de veraneo que mostraban hermosos chalés con techos
a dos aguas revestidos de pizarra, en medio de grandes arboledas
y espléndidos jardines que dieron a estos lugares
un aspecto muy singular.
La producción triguera de la
zona fue tan abundante, que en el año 1885 movió
a la Sociedad Anónima Louis Languevin y Cía.
a instalar un molino harinero a orillas del río De
las Conchas, junto al Paso de Morales. Utilizó al
efecto la fuerza hidráulica que producía el
movimiento de las aguas. En el mismo se efectuaba la molienda
de todo el trigo que se cosechaba en la reglón. Más
tarde el molino pasó a dominio únicamente
de don Louis Languevín y en 1880 fue adquirido por
don Miguel Bancalari, hasta el año 1904 que fue comprado
por el Ejército Argentino, donde instaló algunas
dependencias de Campo de Mayo.
En esa época existían
en San Miguel y Bella Vista y zonas rurales aledañas,
300 propiedades en más de 50 cuadras, 34 establecimientos
rurales importantes, corno los de Quimo y de Quesada; 415
cabañas, más de 400 chacras y 150 quintas
de recreo.
En los dos pueblos ya formados, había 150 casas de
negocios que giraban un capital de 700.009 nacionales; una
destilería importante, 13 fábricas de ladrillos,
2 fabrica de carbón vegetal, 2 viñedos que
producían más de 300 bordelesas de vino al
año; un molino harinero hidráulico sobre 1
río De las Conchas.
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